Cleveland National Forest
  • Home
  • Downloads
  • Languages
  • Privacy Policy
  • Return to Portal
  • Acerca del Bosque Nacional Cleveland

    La cabaña El Prado fue la primera cabaña del Distrito de Guardaparques del Bosque Nacional Cleveland y se construyó en 1911. La cabaña sigue en pie actualmente y está situada en el Área Recreativa de Laguna Mountain, Campamento de El Prado.


    Hasta la llegada a San Diego de Juan Rodríguez Cabrillo, las tierras que ahora pertenecen al Bosque Nacional Cleveland eran conocidas solo por las tribus indígenas costeras y del desierto que las aprovechaban.

    Los kumeyaays, los luiseños, los cahuillas y los cupeños vivían cómodamente gracias a la abundancia de bellotas y animales de caza.

    Actualmente, muchos de nuestros senderos siguen esas rutas utilizadas por primera vez por estos habitantes ancestrales.


    La llegada de Cabrillo en el año 1542 tuvo poco efecto sobre la zona.

    Recién en 1769 la Cadena montañosa Peninsular y su planicie costera atrajeron gran interés.

    Como temía una posible interferencia por parte de Inglaterra y posiblemente Rusia, España instó a Junípero Serra a que estableciera su primera Misión (de 21) en California.


    El emplazamiento original de la primera misión se encontraba cerca de lo que hoy es el Pueblo Viejo de San Diego.

    Fue construida en parte con maderos traídos desde lo que hoy es Rancho Corte Madera, en el Distrito de Guardaparques Descanso.

    Más al norte, se transportaron maderos desde Los Pinos Potrero (en el Distrito de Guardaparques Trabuco) hasta la costa para construir la Misión de San Juan Capistrano.


    También en ese año, la expedición Portolá, dirigida por Gaspar de Portolá y a la que se sumaron Juan Crespí, Francisco Gómez y Pedro Fages, inició su viaje de San Diego a Monterrey.

    Dieron nombre a muchos de los lugares por los que pasaron, nombres que perduran hasta hoy.


    Antes del establecimiento de las misiones, el impacto humano sobre la tierra era relativamente insignificante.

    Los exploradores Vizcaíno y Cabrillo reportaron que los indígenas nativos quemaban gran parte de los matorrales a lo largo de la costa y en las montañas, pero el impacto general probablemente no era muy notable.

    Sin embargo, con la llegada de la cultura agrícola de los ranchos, el paisaje sufrió cambios más dramáticos; sutiles al principio, como el hecho de que las praderas originales fueron reemplazadas lentamente por hierbas europeas y asiáticas y otras plantas foráneas.

    Algunos botánicos sostienen que esta invasión de plantas exóticas tuvo más efecto en la zona que cualquier otro factor.


    Durante el siglo XVIII, la tierra fue parcelada en grandes concesiones de terrenos.

    Una de ellas, el Rancho San José del Valle, fue otorgada en el año 1844 a uno de sus primeros habitantes, un vendedor de pieles de nombre J. T. Warner.

    Aproximadamente en la misma época, Juan Forster recibió las concesiones de los terrenos de Los Pinos Potrero, El Cariso Potrero y Potrero de la Ciénaga.


    El uso excesivo de las tierras para pastoreo en toda el área, los matorrales y los árboles que se cortaron para fabricar postes de cercas, y los incendios intencionales para producir forraje expandieron el impacto mucho más que el perjuicio ocasionado por los indígenas en los siglos anteriores.


    En el año 1869, se descubrió oro cerca de Julian; eso atrajo a una multitud de mineros desde el Mother Lode e hizo aumentar la población del lugar hasta superar a la de San Diego.

    Además, durante este período las minas de zinc, plomo y plata eran un boom en los cañones del oeste de las Montañas Santa Ana (de ahí, Cañón Silverado).

    Cerca, en el Cañón Trabuco, se erigen las ruinas de la gran mina de latón (improductiva) una vez propiedad de Gail Borden (aproximadamente en 1900) de la Eagle Milk Co. Tenía esperanzas de utilizar su producción para fabricar tarros para su leche.


    La afluencia de mineros dejó su marca en la tierra.

    Se cortaron árboles para tener maderos para las minas, para la calefacción y para utilizarlos como combustible de cocina.

    Se quemaron grandes extensiones de matorrales para que los mineros pudieran penetrar en áreas nuevas y buscar minerales.


    A medida que decaía el boom de las minas, también sucedió lo mismo con muchos de los primeros ranchos cuyas tierras se habían utilizado excesivamente para el pastoreo y que habían perdido su principal fuerza de trabajo porque la población indígena moría debido a las arduas condiciones de vida y a enfermedades.


    La consecuencia final principal fue la amenaza cada vez mayor a las cuencas, que para ese entonces eran de importancia crítica para las comunidades del sur de California.


    En los primeros reportes de las décadas de 1870 y 1880 se hace referencia a incendios fuera de control durante una semana.

    La falta de protección contra el fuego estaba causando graves daños en las obras de irrigación, en los suministros de agua de las áreas rurales, de la pequeña área metropolitana de San Diego y de otras localidades costeras de finales del siglo XIX.

    La necesidad de instaurar una reserva forestal fue evidente para la primera Comisión de Bosques de California, designada por el Gobernador Stone en 1886.

    La comisión registró en sus conclusiones la necesidad de proteger de manera especial las cuencas para evitar incendios mayores y la subsiguiente erosión que estaban perjudicando al clima, a la agricultura y al propio futuro del sur de California.


    El mayoritario apoyo a una mejor administración de los recursos tuvo unas pocas voces en contra.

    Entre ellas estuvieron las de los intereses de la madera y los ranchos, que veían la iniciativa como el primer paso a una mayor restricción en sus actividades.


    Independientemente de ello, la Ley de Reservas Forestales se aprobó en 1891.

    Aunque la Ley tenía como objetivo aminorar el ritmo de la tala ilegal y con gran nivel de desperdicio, el problema era otro en el sur de California.

    A fin de proteger las cuencas, los californianos comenzaron inmediatamente a exigir Reservas Forestales.


    El Bosque Nacional Cleveland se convirtió en uno de los primeros del nuevo sistema y tuvo su base en la Reserva Forestal de Cañón Trabuco de 50 000 acres (en las Montañas Santa Ana), creada por el Presidente Harrison en febrero de 1893.

    En febrero de 1897, el Presidente Cleveland creó la Reserva Forestal San Jacinto, un área de 700 000 acres que incluía las tierras desérticas al sureste de la Montaña del Palomar.

    En 1899, se más que duplicó la extensión de la Reserva de Trabuco, como respuesta a una petición enviada a la Oficina General de Tierras por los residentes de las áreas cercanas a Trabuco Canyon.


    Estas primeras Reservas Forestales habían sido administradas por la Oficina General de Tierras (General Land Office, GLO) del Ministerio del Interior de EE. UU.

    Sin embargo, la GLO no contaba con guardas forestales capacitados para hacerse cargo con firmeza.

    En consecuencia, en 1905 las reservas fueron transferidas a una nueva Oficina de Bosques (ahora el Servicio Forestal) del Ministerio de Agricultura de EE. UU.

    En 1907, su designación de Reservas Forestales se cambió por la de Bosques Nacionales.


    En 1907, el Presidente Roosevelt agregó extensas áreas tanto a la Reserva Forestal de Cañón Trabuco como a la de San Jacinto: se incluyeron las montañas del Palomar y de la Laguna y las que se encontraban más al sur hacia la frontera con México.

    Un año después (en 1908), el Presidente Roosevelt combinó las dos Reservas para dar forma al nuevo Bosque Nacional Cleveland de 1 904 826 acres.


    Durante los siguientes diecisiete años se excluyeron tierras varias veces del Cleveland.

    Una de las exclusiones importante tuvo lugar en 1915, cuando se reinstauraron 749 730 acres de tierras sin valor forestal como áreas de ingreso público; y otra se registró en el año 1925, cuando la unidad de San Jacinto fue transferida al Bosque Nacional San Bernardino.

    Actualmente, el Bosque Nacional Cleveland está conformado por aproximadamente 424 000 acres de terrenos forestales.

     


    Legado de recursos en el Cleveland

    ¿Alguna vez se preguntó lo siguiente?

    ¿Quiénes vivieron aquí antes que yo?

    ¿De dónde venían esas personas?

    ¿Cómo vivía la gente antes que nosotros?

     

    En sus Bosques Nacionales se encuentran evidencias de más de 10 000 años de pasado humano.

    La mayoría de las personas no se percata de que el 99 % de la historia de los primeros americanos tuvo lugar en una época en la que no había registros escritos.


    Como no hay documentos ni fotografías de estos tiempos ancestrales, tenemos que buscar las evidencias que nos dejaron para saber más sobre estos pueblos.

    Incluso unos pocos fragmentos de alfarería o astillas de piedras pueden ofrecernos importante información sobre cómo vivían las personas.

    La arqueología es la ciencia que estudia los artefactos que dejaron los habitantes de otras épocas.


    ¡Proteja nuestro pasado! Puede ayudar si no altera ningún sitio o artefacto arqueológico.

    Los artefactos (puntas de flecha, fragmentos de alfarería, astillas de piedras y botellas históricas) están protegidos por la legislación federal.

    Las sanciones por llevarse artefactos o alterar sitios incluyen multas de hasta USD 5000, sentencias de prisión, embargos de propiedades como automóviles e imposición de resarcimientos por daños civiles.

    Deje los artefactos dónde los encontró y dígales a sus familiares y amigos que hagan lo mismo.


    La arqueología del Bosque Nacional Cleveland

    Es posible que los tres distritos del Bosque Nacional Cleveland hayan sido habitados por seres humanos hace 10 000 años.


    Período Paleoindígena (desde hace 12 000 años hasta hace 7500 años).

    Los habitantes de este período probablemente eran tribus comunitarias y nómadas que recolectaban semillas y frutas y seguían a las manadas de grandes animales como los alces.

    Estos pueblos, a quienes los arqueólogos llaman la Cultura de San Dieguito, producían herramientas de piedra de buena factura, pero no eran alfareros.


    Período Arcaico (desde hace 7500 años hasta el año 500 AC).

    Durante el Período Arcaico (también conocido como el Horizonte de los Molinos de Piedra), las tribus eran comunitarias y cazadoras, y dependían de los mariscos y de otros recursos del mar.

    Las manos y los metates, herramientas de piedra que se utilizaban para moler semillas, eran comunes.

    Las herramientas de piedra tiene filos más ásperos, pero comúnmente se utilizaba obsidiana (una roca vítrea volcánica de grano fino).


    Período Prehistórico Tardío (desde el año 500 AC hasta el año 1769 DC).

    En el Período Prehistórico Tardío, las personas utilizaban gran cantidad de morteros y manos de mortero para moler bellotas y otras semillas.

    La población del área estaba en aumento y había muchos pueblos pequeños en toda el área que ahora se conoce como el Bosque Nacional Cleveland.

    Los primeros alfareros aparecieron durante este período.


    Período Histórico (del año 1769 DC a hace 50 años).

    Las formas de vida del Período Prehistórico Tardío se vieron alteradas por la llegada de los exploradores españoles.

    Los españoles identificaron cuatro culturas diferentes en el área del Bosque Nacional Cleveland:

    los cahuillas, los luiseños/juaneños, los cupeños y los diegueños (también llamados kumeyaays o ipai-tipais).

    Hubo muchos cambios durante este período, y los españoles trajeron documentos escritos a la zona.

    Los arqueólogos estudian los artefactos del Período Histórico para aprender más sobre los pueblos que no se mencionaban en los documentos escritos.


    Lugares para visitar y qué se puede hacer:

    Mire las Exposiciones de arqueología en:

    Oficina de Información para visitantes de Laguna Mountain en el área de Laguna Mountain (Distrito de Guardaparques Descanso) y la Estación del Servicio Forestal de Oak Grove en Oak Grove (Distrito de Guardaparques Palomar).


    Camine por los senderos mientrsa interpreta la arqueología y la cultura de los indígenas americanos:

    Sendero de Kwaaymii en el Área Recreativa de Laguna Mountain (Distrito de Guardaparques Descanso).


    Participe de proyectos de voluntariado; comuníquese con:

    Passport in Time Clearinghouse

    P.O. Box 31315

    Tucson, AZ 85751-1315

    Teléfono y TTY: (800) 281-9176


    Para obtener más información

    Publicaciones:

    Indians of the Oaks de Melicent Lee.

    The Archaeology of California de Joseph L. Chartkoff y Kerry Kona Chartkoff.

    California Archaeology de Michael J. Moratto.